4.10.10

Meditación



En mitad de una noche cualquiera, se levanta como sonámbula. Se despierta sin motivo, escuchando una voz muy clara. Oye las sílabas llegar desde lejos, vienen sin invocarlas. Busca papel a tientas y transcribe las palabras. Con buena caligrafía sigue a la voz noctámbula. Así, permanece durante horas y va llenando las páginas. El relato en su lectura no significa nada. “No es el significado, lo importante es la danza” explica de madrugada. “Es un ritmo, un compás, una cadencia que acuna y calma. ASDFG ASDFG ASDFG ASDFG, sería su traducción automática”. Cuando se apaga la voz, ella se queda exhausta. Vuelve a la cama, tranquila, bajo el efecto de un mantra.

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